Día 01 Copenhague

Desde la llegada y camino al hotel te puedes dar cuenta de la buena arquitectura que tiene esta ciudad, mucha de ella es una combinación entre edificios antiguos que contienen incrustaciones de edificaciones modernas que chocan tanto en estilo como materiales. Es impresionante el numero de personas que se trasladan de una parte a otra en bicicleta, se pueden ver banquetas y estacionamientos especiales para ellas, donde parece una inundación. Mi primer caminata sobre la ciudad pude percibir que la gente es muy trendy, no por nada es famosa esta ciudad por los coolhunters que acechan la ciudad para llevarlas a las nuevas colecciones. Existen tiendas con diseñadores locales y las grades marcas que no pueden faltar en cualquier ciudad cosnopolita, lo que mas me a gustado son las tiendas de muebles y lamparas, así como los accesorios que mantiene una simplicidad y funcionalidad como todo el diseño nórdico que aquí se produce. La cena de hoy fue en un lugar llamado Koefoed, cocina tradicional pero contemporanizada, el lugar es agradable y el pan que te dan recién sacado del horno, acompañado de una combinación de mantequilla con crema en una textura espumosa, eso fue lo mejor. Los platillos caen en eso de, mucha decoración para nada. Pero es de respetarse el styling que ponen en cada uno de ellos. Otra de las cosas interesantes de estos países nórdicos es la cultura de la bancarización, el uso de sus tarjetas para pagar hasta un chicle, donde las terminales están puestas a tu disposición en cualquier lugar. Eso es algo bueno, que el uso del efectivo en muchos países es demasiado caro.
Otro dato curioso, fue encontrarme por la calle a muchos jóvenes con un sombrero tipo marinero o como capitán de marina, pues después de encontrarme a un grupo reunido en un bar, les pregunte y me comentaron que era un símbolo de quienes se gradúan de la prepa y van a la universidad.

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